En un suburbio de la ciudad de Zürich llamado Dietikon, existe uno de los parques artísticos más alucinantes del mundo: Weinreberpark. El de Xilitla de Edward James, en la Husateca potosina, el parc Güell en Barcelona y el Jardín de Tarot de Niki de Saint Phalle, comparten la realización del mundo onírico-artístico de sus autores. Bruno Weber, hipiteca hasta la fecha, lleva desde 1969 dedicado a seguir construyendo su sueño. Work in progress.
Indudablemente influenciado por Gaudí, se reconoce también la imaginería asiática.
Los mitos y cuentos fantásticos de todo el mundo, que son recreados en cemento y azulejo
y una ansia churrigueresca cubre el espacio todo.
este es el camino de entrada, Me recuerda a Gaudí y a Michael Ende.
La de bolsa roja es mi amiga Suizanna, la que me llevó al Weinreberpark
Bruno vive aquí con su esposa Mariann. No hay espacio libre.
Todo lo ocupa una fantasía desbocada y bien concreta.
el Pabellón de los Toros está en medio del bosque
e incluso Weber hizo una versión de Quetzalcoatl, en la que colgué a Lisa, aunque él dice
e incluso Weber hizo una versión de Quetzalcoatl, en la que colgué a Lisa, aunque él dice
El parque está dividido en tres: el Jardín del Bosque, el Jardín del Amor y el Jardín del Agua, y está poblado de edificios, pabellones, fuentes, puentes, torres, miles de esculturas en diferentes versiones, creaturas fantásticas todas de mil colores, formas y estilos, que evocan el mundo fantástico y mitológico que hace soñar en todos los mundos posibles que este mismo aloja.
Dice Weber: ‘ El boom en la construcción de grandes edificios en Zürich
cambió completamente el paisaje rural, lo que inspiró en mí el deseo de crear aquí
un mundo contrastante. Un espacio de contraste para la imaginación,
donde se pudiera únicamente ser.
Quería darle poder a la imaginación".
fotos tomadas el 18 de junio del 2004
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