El mito es la entrada secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales humanas. Joseph Campbell
La Rueda Gira
Todos los pueblos al convertirse en agrícolas adquirieron un conocimiento de los ciclos naturales que los llevó a formular sus mitologías por un lado y su ciencia por el otro. El reconocer los signos que ofrece la naturaleza era –es- vital para la sobrevivencia. La observación y un largo camino de acierto y error forjaron a mujeres y hombres de conocimiento que fungieron como brujas y chamanes, como médicos y astrólogas, como sacerdotes y sacerdotisas que unían el poder de la naturaleza con las necesidades humanas. Dentro de esta sabiduría que con justeza podemos llamar global, se reconoce como básica la sucesión de las estaciones y los cambios producidos en la Tierra. Es el Girar de la Rueda del Año el que trae consigo el invierno y la aparente muerte de la tierra así como el deshielo y el nuevo florecer de la vida.
la luz del sol entrando a Newgrange, Iranda, el solsticio del 2003, foto Fran Caffrey.
Y es, dentro de esta Rueda en que todos caben, la propia Tierra quien marca los hitos, los puntos clave de agradecimiento, de celebración de la Vida. No es entonces sorprendente que tanto en el México Antiguo como en el resto de las civilizaciones, se celebren equinoccios y solsticios, así como 4 fiestas intermedias, haciendo un total de ocho celebraciones sagradas en las que el Sol es el centro. A la Luna se le tiene presente a lo largo de las 13 lunaciones anuales.
Ahora que se aproxima Navidad quiero hurgar en el pasado y encontrar para ustedes las fuentes de esta celebración que unifica a gran parte del mundo bajo un mismo sello que incluso llega a provocar treguas.
El Solsticio de Invierno marca la noche más larga del año, punto crítico que, a pesar de la crudeza invernal, promete el crecimiento paulatino de la luz y el calor. El concepto de nacimiento y renacimiento se liga a este aparente morir del sol en el horizonte y el cortísimo día -de sólo seis horas en el extremo norte- empieza a alargarse a partir de esa noche. Son obvias las razones por las que el Sol ha sido considerado representante masculino de la divinidad. El Solsticio está entonces asociado al nacimiento del Rey Divino, el Dios Sol, que aunque débil, comienza su reinado dando la esperanza de sobrevivencia a los crudos y largos meses de frío y oscuridad. Solsticio viene de Sol y sistere, quedarse quieto. El instante en que el sol se queda inmóvil. Y en diciembre muere el año solar al tiempo en que nace el nuevo.
Como en la mayoría de las celebraciones y ritos que sobreviven hoy en día, las raíces paganas están ahí para quien quiera verlas. La Navidad que se celebra ahora tiene asociaciones con tradiciones nórdicas, ritos celtas, fiestas romanas. La eterna lucha de Luz contra oscuridad. El girar de la Rueda del Año que hace que en la más oscura de las noches la Diosa se convierta en la Gran Madre y una vez más de a luz.
De los restos de estructuras líticas prehistóricas de Europa, algunos son monumentos funerarios y otros tienen claros propósitos astronómico-religiosos. Y aunque solo se especule sobre el significado del solsticio invernal para los constructores de círculos y avenidas de menhires, es patente la importancia que se le daba. Uno de los círculos-observatorios más antiguos y más impresionantes es Newgrange, en Brugh-na-Boyne, del condado de Meath, al este de Irlanda. Una construcción subterránea de unos 400 metros cuadrados que tiene un pasaje de entrada de 18 metros de largo. Sobre la entrada tiene una serie de piedras que permiten entrar la luz del sol hasta el fondo del complejo (cairn) solo durante el amanecer del solsticio.
Ya dentro de tiempos históricos podemos hablar de que en Egipto y Siria la Diosa Virgen, la Doncella, la Astarté de los países semíticos, paría al Hijo Sol en el Solsticio, y que mientras Perséfone habita las profundidades del Inframundo, se lleva a cabo el ritual Lenaea, de indudable relación eléusica, en el que Dionisio debe ser simbólicamente devorado por un grupo de mujeres para poder renacer. En Roma las celebraciones decembrinas comenzaban el 13 y terminaban el 25, siendo la central la Saturnalia -del 17 al 23- y, contrariamente a lo que se puede esperar de la imagen rígida de Saturno (de satus= sembrar), ésta era una festividad gozosa en la que la vida común y muchas prohibiciones y tabúes se suspendían. El 21 corresponde al Festival del Sol Invictus.
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