jueves, enero 25, 2007

Estupor meteorológico o el Apocalipsis de Kyoto

me traigo esto de las Navegaciones dePedro Miguel

este invierno en Europa occidental

Lo habrán notado: en el Hemisferio Norte tuvimos noches de canícula a mitad de enero. Ahora se han soltado unos temporales que devoran al Viejo Continente, pero en los primeros días del año florecieron los cerezos de Central Park, en Nueva York, desorientados por una temperatura de 19 grados centígrados y un sol radiante, en tanto que el hielo no pudo cuajar en los lagos de Nueva Inglaterra. Los agricultores de Alicante se angustiaban por el destino de sus cerezas, sus melocotones y sus almendras, cultivos que se dan en frío; "la humedad de la noche y el calor de la mañana destruye el corazón de la alcachofa, dejándola negra", se lamentaba uno de ellos. Los árboles de Kaliningrado florearon en diciembre, los osos del zoológico de Rostov se negaron a hibernar y las liebres de la estepa, que mudaron el color de su pelaje de marrón a blanco en previsión del invierno, fueron devoradas por unos depredadores felices de que su alimento, en vez de camuflarse, se delatara en un entorno sin nieve; los turistas que visitaron los Alpes franceses se quedaron sentados sobre sus esquís, y en las estaciones de deportes invernales del Alto Adagio, en la vecina Italia, hubo de recurrirse a la nieve artificial para que los visitantes pudieran darse el gusto; en las localidades aceitunereas de Italia la cosecha de olivas, que tradicionalmente se extiende de noviembre a febrero, había concluido antes del fin de año; en Bélgica los comensales de las cenas navideñas tuvieron que matar mosquitos inoportunos y el país se vio inundado por una especie que no solía frecuentarlo: las libélulas.
Pedro Miguel, http://navegaciones.blogspot.com


los patrones de deforestación en la Selva del Amazonas
fotos tomadas por el satélite Terra de la NASA, True color Earth.com

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