martes, mayo 20, 2008

quema de esmalte 1


me he sentido inquieta últimamente
uneasy
el ambiente es pesado, con un lastre vizcoso que trae consigo mucho acumulado. Hablo del ambiente del estado, de lo que no acaba de estar, de ser, de fraguarse. Es como si no se quisiera obtener una mínima normalidad.
Y lo resiento en muchos sentidos. me siento atrapada, inutilizada. Sola. Sin pares con quienes pueda accionar. Hablo de aquí.
Y por tanto todo se convierte en virtual. Que existe solo en un futuro posible. Igual y no. Muchos proyectos lanzados al viento, muchas puertas tocadas con propuestas. Mucha amistad transoceánica....
y mientras tanto, esmalto, quemo, pinto, dibujo, cosas que usualmente debe hacer una artista y que las hago para no pensar, dejar de sentir que el tiempo pasa y empieza a quedarse, que no estoy en mis mejores tiempos emocionales. Y el producir es catártico.
Hoy en la mañana abrí el horno. El esmalte blanco que recién hice dejó pieles de naranja que tuve que reesmaltar. El antiguo blanco, transparente casi, funcionó de maravilla lo mismo que mis experimentos de barro papel esmaltado en crudo. Adoro este material.
lo que no adoro son los químicos sobre mi piel, pero eso ya lo dije.
Mañana temprano vuelvo a prender el horno. Después buscaré la oportunidad de ahumar las piezas bruñidas.
Bueno, así van las cosas:
me saco a mi misma la lengua para que deje andar de azotada.

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