Esta axión fue para recordar en especial a mi abuelo, Alberto Rafael, que partió en un día lejano de principios del siglo pasado y nunca más pudo volver a su tierrina. Es un homenaje para él y todos aquellos que llevaron su cultura asturiana a las Américas. Es un homenaje a mi padre, Carlos Rafael, que nunca pudo tocar esta tierra pero añora volver a este mar y lo hará en un futuro próximo. Es también para Carlos y Basilia, los bisabuelos de Grado. Y para mi abuelo y bisabuelo maternos, también Rafaeles. Es un reclamo de mi sangre ante esa memoria y esta cultura. Es una simple marca en este territorio que también me pertenece. Es, además, recordar a los muertos en ese día, Samhain, 31 de Octubre.





más en el blog de Encarna González, Otras miradas diarias. Encarna tomó mogollón de fotos buenísimas. Las de este post son de José Ramón González Saiz.
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