lunes, febrero 08, 2010

las palabras que se nombran

Las andanzas exploratorias por terrenos gallegos me ofrecen hallazgos constantes. Y algo más. Aunque me gusta ser observadora anónima, voyeur de la cotidianeidad ajena, algunas veces veo y me ven. De alguna manera descubro y soy descubierta y eso me brinda placer, porque quien decide poner su atención en mi, en mi obra, en mi ser aquí, abstrae su realidad para sobrevolar otra, la mía en este caso. Son como mordiscos suaves (hasta ahora).
Uno de estos hallazgos lo tuve en casa de Inma hace unos días: un poeta gallego, Ramiro Torres Maceiras, su mujer Isabel y la dulce Alba.
Fue para mi tocar territorios entrañables el hablar de poesía. Ramiro escribe en galego-portugués. Y aunque la lengua no es la misma y el significado sutil se me pierde, la melódica experiencia queda.
Pasamos una tarde muy agradable, me llevaron de regreso a Coruña e incluso conocí su piso. Una licencia para atisbar un poco en la intimidad de esta familia, sentirme bienvenida.

Pero no solo eso, sino que Ramiro, en su gran generosidad, se dio a la tarea de incursionar en mis páginas de vida y obra. Confesaré que le compartí algunos textos escritos por mi misma y ayer he recibido este poema, traducido por él mismo, como "intercambio de energías":

O poema acontece como uma lenta inscrição
Do ser em seus lugares expandidos, com nomes
Estranhos para tudo o que é intensa lua percebida,
Na vertigem nocturna, como espaço ineludível para
Os amantes, alheios a tudo o que não seja fluência.
É uma a verdade sentida como destino, despoxando
A vida de tudo o inecessário a seu próprio dizer-se
Como universo: no seu olho atemporal uma tormenta
Luminosamente branca acolhe as palavras, explodindo.

Fevereiro de 2010.


El poema ocurre como una lenta inscripción
Del ser en sus lugares expandidos, con nombres
Extraños para todo lo que es intensa luna percibida,
En el vértigo nocturno, como espacio ineludible para
Los amantes, ajenos a todo lo que no sea fluencia.
Es una la verdad sentida como destino, despojando
La vida de todo lo innecesario a su propio decirse
Como universo: en su ojo atemporal una tormenta
Luminosamente blanca acoge las palabras, explotando.

Febrero de 2010.

Que un poeta gallego me regale unos versos como estos me enternece y me abraza.
Lean más de Ramiro Torres, habitante de Mesoiro, aquí

Me gustaría enlazar poetas. Que Ernesto Hernández Doblas, por ejemplo, conectara. Ya lo dirá la vida....y la web.

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