llena de vacas de fibra de vidrio marca lala. Si, el famoso cowparade llega a tierras tequileras bajo el auspicio principalísimo de lala, la devastadora. Pudimos ver una vaca-walmart, una vaca bailarina, una vaca lectora, una vaca nopal... muchas vacas por aquí y por allá, algunas divertidas, otras jaladas, otras incluso interesantes. Y la FIL, ah! la FIL! cualquiera pensaría que la cantidad de visitantes es directamente proporcional a la cantidad de lectores que tiene este país.... ojalá fuera así. Y aunque me perdí de todas las celebridades (incluyendo al Sabadaba), por falta de tiempo y espacio y porque, además, llegar a un lugar de sueños como es la FIL y no traer los suficientes billetes para hacerte de todo lo que toca el espíritu o deseo o antojo, es realmente triste, después de darnos un rol por esos pasillos que exigían toda la atención, me dediqué a otros menesteres menos culturosos pero más reconfortantes.
por supuesto, comer delicioso, entregarme al apapacho total y regio, ofrecido por mis amigas. Descansar, dejar en el pasado mental el intenso ajetreo del taller, de la falta de lana, del mundo que luego, en veces, se me cae encima.
y, de paso, medio presenciar la más delirante toma de "protesta" entre protestas el primero de diciembre. Ñaca ñaca.