Gustavo Pérez ha sido un ceramista innovador, conocedor a fondo del oficio, trabajador obsesivo y pulcrísimo que lleva sus hallazgos hasta los límites de la experimentación. Tornero y dibujante sobre el barro, Gustavo ha expuesto en el mundo entero y es considerado por muchos como el mejor. Lo conocí hace muchos años, cuando lo invité a exponer en mi galería -la única en México dedicada en exclusivo a la cerámica- y no lo había vuelto a ver. Así que, como dentro del programa del simposio estaba la visita a su taller, fue uno de los eventos que esperaba con especial gusto. Ahí nos mostró generosamente su nueva técnica, encontrada como siempre gracias al lúdico azar, inspirado a la vez por El Beso de Brancussi y la Venus de Willendorf, ambas esculturas entrañables que dispararon esta nueva serie de piezas.
Gustavo a punto de iniciar su demostración. Atrás, con la cámara, la dorada Miriam Kaiser y junto a ella la también ceramista Miriam Medrez, quien dió la primera charla del simposio y de quien, desgraciadamente, no obtuve una buena foto. A la derecha, algunas de las piezas esmaltadas y esperando el acabado final.
algunas de sus piezas terminadas en su espacio de galería. La escultura de enmedio formó parte de Solo un Guiño, escultura cerámica mexicana en pequeño formato, curada y organizada por Ingrid Suckaer en el 98 y sigue dando mucho de qué hablar.el artista en su galería.
y este es un pequeño video de su demostración.
y este es un pequeño video de su demostración.
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