pues todo siempre tiene un fin para dar paso a lo que sigue, y llegó el momento de despedirme de las dos últimas semanas pasadas en Galicia, en las Rías Baixas, en casa de Martazul, haciendo de identidades.03 una realidad a medias (falta la segunda parte). Se acaba el silencio ocasionado por ese viaje y comienza la locura intensa de este año en Michoacán.
Adiós por lo pronto a la casa vilagarciana que me acogió -como siempre- con cariño y generosidad, azul mas cálida.
Adiós por lo pronto a la casa vilagarciana que me acogió -como siempre- con cariño y generosidad, azul mas cálida.
a la tierra rica en aguas, en verdor, en vino del país, aceite de oliva, patatas y mejillones
a las rías baixas vastas y bien cuidadas, productivas y productoras de placeres.
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