Beltaine celebra una vez más la transformación. La Diosa se transforma de Doncella a Madre, la tierra de improductiva en fértil. Es la celebración de la fertilidad por excelencia: en la tierra, en los animales, las florecientes plantas, se hace más que evidente el misterio de la sexualidad.
En efecto, Beltaine celebra principalmente la sexualidad.
Coronada con guirnaldas verdes y coronas de flores para participar en los ritos del Matrimonio Sagrado que simboliza la unión de la Diosa con El Astado, la gente presenciaba primero el encendido delos grandes fuegos por 9 hombres, usualmente con madera de roble, y los saltaban como símbolo de entrega y buena fortuna, y como petición por la seguridad de sus sembrados.
ambién entre dos fuegos, se pasaba al ganado para bendecirlo con esta energía de vida. Esto sucede en la víspera, la noche del 30 de abril. La primera descripción de los fuegos de Beltaine la hace Julio César.
Hay un viejo poema escocés que instruye que para encender un Bale Fire:
Escoge el sauce de los arroyos,
Escoge el avellano de las rocas,
Escoge el aliso de los pantanos,
Escoge el abedul de las cascadas,
Escoge el fresno de la sombra,
Escoge el olmo junto al río,
Escoge el roble del sol.
Escoge el avellano de las rocas,
Escoge el aliso de los pantanos,
Escoge el abedul de las cascadas,
Escoge el fresno de la sombra,
Escoge el olmo junto al río,
Escoge el roble del sol.
Árboles sagrados para un fuego sagrado. Después de todo, el fuego es el milagro de la energía del sol concentrada en el tiempo de la madera que lo produce. Cuando los Druidas encendían estos fuegos en las cimas de las colinas, realizaban un verdadero acto de magia al traer al sol a la tierra. Una vez más los fuegos de los hogares eran extinguidos para volver a ser encendidos a partir de estos fuegos que proclamaban el triunfo de la luz sobre la oscuridad del medio año que quedó atrás.
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