domingo, junio 10, 2007

10 de junio no se olvida


El 10 de junio de 1971 no sólo es una de las fechas que quebraron la historia colectiva de México. Ese día también se rompieron las formas tradicionales de actuar de la clase política y de sus opositores. Significó un vuelco en el uso de la violencia; se pasó de la legalidad a la ilegalidad; el Estado pasó por encima del estado de derecho. El uso sistemático de las desapariciones y la eliminación de los disidentes volvió ilegítima e ilegal el uso de la violencia por parte del Estado.

El inicio de la guerra sucia fue el primer paso del régimen político hacia su propia destrucción. En el momento en el que desaparece a sus enemigos, en lugar de juzgarlos, arrasa con el pacto social establecido y con la ley. Si antes reconocía al otro como adversario, compraba líderes, infiltraba, creaba caciques, a partir de la desaparición forzada destruye el espacio de la contienda política. Con la guerra sucia comienza la lenta erosión del poder político. Así, los enemigos del régimen se ven obligados a insertarse en la clandestinidad.

Reconocer este cambio es impostergable para la historia de nuestro país. Situarla en el lugar que se merecen los crímenes contra la humanidad. Los grupos paramilitares encargados de la guerra sucia deben ser juzgados por la historia junto con los gobernantes que la ordenaron.
de
Emiliano Monge Garcia en La Jornada Semanal, dic. 2003

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