martes, octubre 09, 2007

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS INDÍGENAS

Por Pedro Cayuqueo www.azkintuwe.org
publicado por Comisión de Comunicaciones el 24 de septiembre de 2007


Los pueblos indígenas de todo el mundo tienen a partir de esta semana el derecho a la autodeterminación, al control de sus tierras y recursos naturales, y la preservación de su cultura y tradiciones, según señala la declaración aprobada por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el pasado jueves en Nueva York. A pesar de la resistencia de potencias como Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, donde los pueblos indígenas reclaman vastos territorios con ricas reservas, 143 de los 192 países decidieron adoptar la Declaración Universal de Derechos de los Pueblos Indígenas, finalizando de esta manera un proceso de dos décadas de largas negociaciones entre los respresentantes de los estados y diplomáticos indígenas de todo el orbe.

El texto aprobado está compuesto de 46 artículos y crea parámetros básicos de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, que incluyen propiedad de la tierra, acceso a los recursos naturales en los territorios donde se asientan, respeto y preservación de sus tradiciones culturales, idioma, religión, entre otros importantes avances. El documento establece además el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas, incluyendo el “derecho a la autonomía o autogobierno en temas relacionados con sus asuntos internos y locales, así como caminos y formas para financiar sus funciones autónomas”, un tema polémico, que significó la inclusión de “enmiendas” a última hora por parte de los estados africanos y que no impidieron el rechazo de Estados Unidos, siempre renuente a tratar a los pueblos indígenas como sujetos de derechos políticos. Es decir, algo más que mera “población nativa en riesgo”, sujetos de asistencialismo y beneficencia.

La aprobación de esta Declaración guarda especial relevancia. Particularmente en países en vías de desarrollo, los pueblos indígenas denuncian año tras año malos tratos, violaciones a los derechos humanos, pérdida de libertades civiles, así como la invasión de sus territorios por parte de grandes consorcios transnacionales. Esta situación no solo ha sido corroborada por múltiples y prestigiosos organismos internacionales de derechos humanos, tales como Amnistía Internacional, Human Rigths Watch y el Grupo Internacional de Trabajo Sobre Asuntos Indígenas (IWGIA), sino tambien por la propia ONU a través del Relator Especial para Cuestiones Indígenas, Rodolfo Stavenhagen. La dirigencia indígena abriga hoy esperanzas de que esta situación pueda cambiar tras la aprobación de un documento que establece, entre otros puntos, que no deben ser sujetos de “ningún acto de genocidio u otro acto de violencia”, asi como tampoco ser desplazados de sus tierras o territorios.

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