Chéjere, así se le llama en mi tierra añorada al pájaro carpintero. Quién iba a imaginar que en el bosque cuauhtémoc, en el mero centro de Morelia, al menos una pareja de estos hermosos pájaros revolotean entre la gente, preparándose para entrar en su etapa dorada de celo, picoteando los fresnos para encontrar bichos que comer (lástima que no coman bromilias, que ya se convirtieron desde hace rato en plaga).
Los había visto antes, me fascinan, y hoy tuve la suerte de acercarme lo suficiente para tomar esta foto a uno de ellos....parece la hembra, el macho es más rojo del pecho y cabeza.
Los había visto antes, me fascinan, y hoy tuve la suerte de acercarme lo suficiente para tomar esta foto a uno de ellos....parece la hembra, el macho es más rojo del pecho y cabeza.
y otro acercamiento, más íntimo podría decir, ya que se realiza en mi propio minijardín, es con un par de colibríes, huitzili, tzintzun, chuparrosas, que construyen nido justo a un metro de la puerta que da al jardín, a la altura de mis ojos, en una rama del huele de noche.... agarré a la pajarita (será?) en el momento en que asentaba con su cuerpo el colchón de plumas, hilos y
estambres (vegetales) para darle forma.
Es la segunda vez que esto sucede, que se me permite ser testigo de esta maravilla de la vida llamada pro-creación vía colibrí.
Saber que tengo un pequeño espacio que estos más pequeños seres consideran seguro,
me hace feliz.
Bien, estas dos fotos van para Gustavo, que cumplió años ayer.
Los pajaritos cantan....y abrazan el espíritu
estambres (vegetales) para darle forma.
Es la segunda vez que esto sucede, que se me permite ser testigo de esta maravilla de la vida llamada pro-creación vía colibrí.
Saber que tengo un pequeño espacio que estos más pequeños seres consideran seguro,
me hace feliz.
Bien, estas dos fotos van para Gustavo, que cumplió años ayer.
Los pajaritos cantan....y abrazan el espíritu
No hay comentarios.:
Publicar un comentario