sábado, febrero 23, 2008

Más allá de las elecciones en España

foto: obra de Cattelan


Marcos Roitman Rosenmann

Las diferencias entre un partido conservador xenófobo, situado en el extremo de la derecha europea, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es abismal, no digamos con Izquierda Unida u otros partidos del espectro político institucional. Ello se traduce en tiempo de elecciones en un miedo al oscurantismo con un efecto consecuente, llamar al voto útil, todos contra el Partido Popular (PP). No se llama a votar, sino hacerlo instrumentalmente. No se busca un voto en conciencia. Muchos podemos coincidir en el diagnóstico, no en la solución.

Hoy, el PP encarna lo más retrógrado y espurio de la política. Rancio en sus actuares, ejercita un caciquismo en el siglo XXI bajo una forma oligárquica. Es decir plutocrática, excluyente y represiva. Desprecia los valores de la igualdad, la justicia social, la democracia radical y la ciudadanía ejercida con dignidad. Rehúye el cambio social y se atrinchera en un mundo decimonónico el cual añora. Bajo un discurso peculiar quiere recuperar el papel estelar de Dios y la familia católica en la sociedad política. El Estado laico debe aparcarse hasta nuevo aviso. La Iglesia, en tanto institución, según reza su credo, debe recuperar el protagonismo e imponer sus normas de conducta, proyectar su verbo divino en el mundo terrenal. Un fundamentalismo de nuevo cuño, en el cual el túnel del tiempo nos transportaría a las catacumbas de los colores purpurados, las conferencias episcopales y las órdenes en los púlpitos de las iglesias para el amén de todo quisque. Se acabó la separación de poderes entre la Iglesia y el Estado. Los ateos, agnósticos y el resto de confesiones pasarán por el aro. Ni laicismo ni secularización.

...qué meyoooooo!!!!!!!!!

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