domingo, junio 01, 2008

memoria ensalzada dentro del olvido o no me das mi calaverita?

paseando antropológicamente por la red, vuelvo a ver los miles de diamantitos engarzados en este cráneo valuado en millones de Libras esterlinas por Demian Hirst y sus agentes.
Busco entonces la más modestita de Gabriel Orozco, quien solo utiliza tinta negra para cubrirla de rombos. Me pregunto quiénes serían los muertos. Uno de ellos, de dentadura perfecta ya sea por gracia genética u operación post-mortem, la otra más jodidona, natural y tercermundista. Sin embargo, los muertos nunca se esperaron ser elevados a una posteridad en la más pura tradición prehispánica destinada a la alta aristocracia religiosa. Ni mucho menos a ser cotizados en precios que nunca en su vida se imaginaron. Les pasó peor que a los Van Goghs del mundo, ya que no han sido sus obras alguna vez despreciadas por el mercado, sino sus mismísimas chompetas que albergaron sus locuras y sensateces, simpáticos y vegetativos, neuronas y sinapsis, sesos, ojitos, cachetes, oreja, trompa y lengua. Y me pregunto si a los deudos les abría tocado una tajadita del pastel o al menos un taco.... si, cómo no.
y es que, en efecto, ambos artistas toman el rito mortuorio mesoamericano para honrar a los VIPs de la época, como en este cráneo mixteco de ojos bien abiertos, para honrar al arte y de paso a la cadena de bolsillos que los acompañan.

Pero me fascina ver los anónimos originales, como este azteca de ojos y franjas de obsidiana, o mi favorito, también azteca, más sencillito y con nariz de pedernal. Guerrero seguro, sus ojos de huevo frito muy alertas y los huecos que seguramente aseguraban el penacho ceremonial. Me encanta este. Se ríe del mundo que ha dejado y lo contempla todavía.bueno, y obviamente podemos contar con muchos ejemplos más y no solo en México, con sus calaveras de azúcar o sus tzompantlis, sino los no tan conocidos (podríamos llamar) tzompantlis celtas, que algún día trataré por aquí, si les interesa.
El caso es, cuál será la relación entre la vida y la muerte de estos contenedores de cerebros llamados cráneos? qué karma tendrían? digo, porque hay muchos que le han donado sus cuerpos a Von Hagen para que los eternice con plástico inyectado, pero estos de seguro salieron de la morgue.

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