Sabemos, al menos es una vieja leyenda como vieja la amenaza atómica, que existen refugios diseñados para la sobrevivencia de los poderosos (así se les conoce, aunque debieramos cambiarles el nombre). Hemos leído que tienen un bunker en el centro de alguna montaña donde piensan guarecerse cuando aprieten el famoso y aún más legendario botón rojo que haga explotar los neutrones protones y electrones del mundo en una feria de hongos radioactivos que solo van a poder disfrutarse desde las tvs de tecnología de punta dentro de dicha montaña. Deben de hecho ser varias montañas, una en el este, otra en el oeste, otra en Suiza....de menos. Y estos personajes dentro del bunker piensan sobrevivir con lo necesario -desde champaña hasta hamburguesas- durante lo que duraría un invierno nuclear de dimensiones inconcebibles.... si, suena a peli joligudense de esas con Will Smith de presidente negro.
y ahora me encuentro con que ya tienen diseñadas ciudades flotantes y se publican por ahí convocatorias para encontrar soluciones ante la inminente catástrofe que sufrirán en especial las miles de ciudades costeras ahora que nuestros polos se derritan.
Este proyecto que les muestro es del arquitecto belga Vincent Callebaut
se llaman Lylipads y podrían dar asilo a unos 50, 000 afortunados (que de por si ya tienen sus penthouses). "Estas ciudades flotantes serán ciudades 'cero emisiones', ya que no tendrán carreteras ni coches y, además, funcionará con energías renovables solar, termal e hidráulica. Toda la ciudad estará cubierta con jardines colgantes en un intento de armonizar la vida humana con la naturaleza"
o sea, que ya de plano se esperan para poder empezar de nuevo, y claro, así como sin emisiones y con jardínes colgantes (que serán de plástico, seguro), se habrán librado de tanto feo y pobre de a pie y podrán comenzar a vivir en un mundo feliz.
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