un día llegó Guillermo Bonfil, ese mero, con algunos regalitos de Buenos Aires, entre ellos este disco de Fontova y sus sobrinos (que según él, Pua Díaz Azorín le rechazó...). El caso es que este disco lo gozamos muchísimo, con el negro humor del Negro (algún día todos van a ir a parar al asador del rancho de dios, morcillas de dios, chorizos de dios, mollejas de dios...), su visión (prepárate ruso, prepárate gringo, aprieten los cantos que ahí vienen los indios pa que tanto cholo pueda abrir la puerta y cantar con todos "la guerra está muerta"), desencanto compartido (ya no te creo, hombre, ya no te creo, tantas palabras, hombre, tantos enredos), cachondeo (pararapan pan pan), espíritu lúdico (pelotas de pin pong se llama esta canción) y locura experimental entre beatle y zappezca (reina del flan y perdón si te molesto con esta serenata, perdón si te molesto, perdón perdón perdón ). Todas las rolas las cantaba toda la familia, con todo y sus vericuetos sexuales.
Ahora, Guillermo y Pua están muertos, Fontova sigue produciendo pero sus sobrinos se emanciparon, los hijos crecieron y siguen fontoveando y aparece en Santa Taringa este disco que de inmediato sumamos a nuestra dicoteca virtual. Nostalgia pura sostenida en sol y buenas rolas. Y para que no se queden así nada más, les hallé este video de su versión de los Hermanos Pinzones. Y si quieren más, pues busquen a Horacio Fontova!
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