Jerusalén. Estudiosos de la Universidad Hebrea de Jerusalén informaron hoy martes del hallazgo de un esqueleto humano de 12 mil años de antigüedad, uno de los más ancestros de la región, en unas excavaciones que realizaban en el norte de Israel.
Los restos humanos corresponden a una chamán (bruja o sacerdotisa) natufiense, aseguraron los investigadores con base en restos rituales encontrados en el mismo lugar, como son unos 50 caparazones de tortuga, la cadera de un leopardo y un pie humano.
De acuerdo con un comunicado de ese centro universitario, los arqueólogos que hicieron el hallazgo, encabezados por el doctor Leore Grosman, del Instituto de Arqueología de la mencionada universidad, lo describen como "excepcional".
Además, creen que es el esqueleto más antiguo encontrado en Medio Oriente y el único que corresponde a un chamán.
El esqueleto fue encontrado en un lugar de la Galilea occidental, en la Baja Hilazón, y los arqueólogos destacan que los restos de objetos rituales, la configuración de la tumba y su sellado indican que se trataba de una mujer importante en su comunidad.
La cultura natufiense vivió en la parte oeste de Oriente Medio y recibe su nombre del primer hallazgo, hace 70 años, en el riachuelo de Natuf, en Israel. En territorio palestino, la ciudad de Jericó tiene el mejor ejemplo de esta cultura. Los natufienses solían enterrar a sus muertos tanto de forma individual como colectiva, y en muchos casos en cuevas.
"La tumba contenía restos de varios animales, algo inusual en la cultura natufiense", señala el comunicado y menciona, entre ellos, "cincuenta tortugas (caparazones), una casi intacta pelvis de leopardo, una sección de ala de un águila dorada, la cola de una vaca, dos cráneos de depredadores y un antebrazo de jabalí salvaje, que estaba en paralelo al húmero de la difunta".
Un pie de un adulto, sustancialmente superior al de la difunta, también fue hallado en la tumba.
Grosman cree que la tumba es "consistente" con la tumba de una chamán y destaca que los restos encontrados reflejan la función que cumplía la mujer en la sociedad.
"Parece que creían que la mujer estaba estrechamente relacionada con los espíritus de esos animales", señala.
La tumba, no obstante, ha sorprendido a los expertos por la forma en la que fue depositado el cadáver, "una posición inusual" según el comunicado.
Es decir, "sobre el lado, con la columna vertebral, la pelvis y el fémur derecho reposando sobre una pared curvada de la tumba, que tiene forma ovalada. Las piernas fueron separadas y dobladas hacia adentro en las rodillas".
Según Grosman, 10 grandes piedras fueron colocadas encima de la cabeza, la pelvis y los brazos en el momento del funeral.
Este detalle se desprende de la separación que hay entre algunos miembros del esqueleto, que demuestran que las pesadas piedras ejercieron presión hacia abajo durante la descomposición.
Pero se desconoce aún por qué esa extraña forma de enterramiento. Grosman no tiene más explicación que la creencia de que pudo ser una forma de "proteger el cuerpo de mordeduras de animales salvajes" o porque "la comunidad creyera que así ayudaba a preservar el espíritu del chamán dentro de la tumba".
Un análisis de sus huesos demuestra que murió a los 45 años, era de baja estatura y que el cuerpo era anormal y asimétrico, y que debido a una deformación arrastraba posiblemente una de sus piernas.
Los restos humanos corresponden a una chamán (bruja o sacerdotisa) natufiense, aseguraron los investigadores con base en restos rituales encontrados en el mismo lugar, como son unos 50 caparazones de tortuga, la cadera de un leopardo y un pie humano.
De acuerdo con un comunicado de ese centro universitario, los arqueólogos que hicieron el hallazgo, encabezados por el doctor Leore Grosman, del Instituto de Arqueología de la mencionada universidad, lo describen como "excepcional".
Además, creen que es el esqueleto más antiguo encontrado en Medio Oriente y el único que corresponde a un chamán.
El esqueleto fue encontrado en un lugar de la Galilea occidental, en la Baja Hilazón, y los arqueólogos destacan que los restos de objetos rituales, la configuración de la tumba y su sellado indican que se trataba de una mujer importante en su comunidad.
La cultura natufiense vivió en la parte oeste de Oriente Medio y recibe su nombre del primer hallazgo, hace 70 años, en el riachuelo de Natuf, en Israel. En territorio palestino, la ciudad de Jericó tiene el mejor ejemplo de esta cultura. Los natufienses solían enterrar a sus muertos tanto de forma individual como colectiva, y en muchos casos en cuevas.
"La tumba contenía restos de varios animales, algo inusual en la cultura natufiense", señala el comunicado y menciona, entre ellos, "cincuenta tortugas (caparazones), una casi intacta pelvis de leopardo, una sección de ala de un águila dorada, la cola de una vaca, dos cráneos de depredadores y un antebrazo de jabalí salvaje, que estaba en paralelo al húmero de la difunta".
Un pie de un adulto, sustancialmente superior al de la difunta, también fue hallado en la tumba.
Grosman cree que la tumba es "consistente" con la tumba de una chamán y destaca que los restos encontrados reflejan la función que cumplía la mujer en la sociedad.
"Parece que creían que la mujer estaba estrechamente relacionada con los espíritus de esos animales", señala.
La tumba, no obstante, ha sorprendido a los expertos por la forma en la que fue depositado el cadáver, "una posición inusual" según el comunicado.
Es decir, "sobre el lado, con la columna vertebral, la pelvis y el fémur derecho reposando sobre una pared curvada de la tumba, que tiene forma ovalada. Las piernas fueron separadas y dobladas hacia adentro en las rodillas".
Según Grosman, 10 grandes piedras fueron colocadas encima de la cabeza, la pelvis y los brazos en el momento del funeral.
Este detalle se desprende de la separación que hay entre algunos miembros del esqueleto, que demuestran que las pesadas piedras ejercieron presión hacia abajo durante la descomposición.
Pero se desconoce aún por qué esa extraña forma de enterramiento. Grosman no tiene más explicación que la creencia de que pudo ser una forma de "proteger el cuerpo de mordeduras de animales salvajes" o porque "la comunidad creyera que así ayudaba a preservar el espíritu del chamán dentro de la tumba".
Un análisis de sus huesos demuestra que murió a los 45 años, era de baja estatura y que el cuerpo era anormal y asimétrico, y que debido a una deformación arrastraba posiblemente una de sus piernas.
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