Me habían invitado a comer. Que llevara a mi familia y a quien quisiera.
Iba a ser. como lo fué, difícil sacar a la gente de sus actividades normales de fin de semana para ir a comer a una comunidad indígena. Hasta intelectuales muy de avanzada lo piensan dos veces antes de tocar tierra de esa manera. Solo gente con el interés real va así como así. No a una comida, que de por si puede ser atrayente, sino a mezclarse in situ con estas personas que son tan otros y tan distintos. Entrar a una casa indígena, sentarse a la mesa, compartir tiempo, charla, espacio, comida, risas.... Me congratulo de haber invitado a Javier y Alejandra, historiadores (él gallego enamorado de Michoacán). que no pierden fin de semana en la ciudad, salen a buscar vida en las comunidades y pueblos, en las fiestas, en la vida cotidiana indígena. La pasamos de lujo.
y fue llegar a casa de Herminia y verlas trabajar en su cocina, todas muy afanadas. Guadalupe sofriendo verduras (el pescado ya estaba frito), y Florinda dándole a la masa con el metate para que Lucía torteara. Se hecharon una columna altísima de tortillas a mano que yomiyomi.
no quería estar con la cámara registrando como para un testimonio puntual. Noaparece la columna de tortillas ni un closeup del caldísimo de pescado, ese mismo que se cuece en la cazuela a la que Lupe hecha el pescado frito. Más bien quería estar con ellas, hablar, compartir ese poco tiempo que nos quedaba juntas.
en que me comentaron sus impresiones y sus fortalezas después de regresar de Morelia, de la expo, de esa experiencia única en la que eran importantes, según sus palabras. Me encantó saberlas más fuertes, más centradas, con su autoestima elevada pero a la vez con los pies en la tierra...y cómo no, si la vida es la que es!
1 comentario:
Hola señorita Elizabeth,
he quedado fascinado con su trabajo en toda la extensión de la palabra.
He revisado su blog y me han encantado sus obras.
Me permito agregar su blog a mi lista de blogs importantes y espero no le moleste esta acción.
Reciba un saludo con respeto de parte de José Luis Ávila Herrera, más conocido como el Reportero sin Fronteras.
http://reporterosinfronteras.blogspot.com/
P.D. Mi madre aún cocina así como estas nobles y respetadas mujeres.
Gracias.
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