entrando a territorio asturiano el ambiente cambia. No hay nieve y la presencia constante del mar te abraza. Y es que aunque Coruña y Gijón están ambas en la misma costa, la ruta de los ALSAs penetra territorio gallego en lugar de costear, cosa que además de agradable sería más rápida. La carretera por Asturias si costea, ecepto, claro, cuando entras hacia Oviedo.
Y claro, en Gijón hacía mucho frío también. Kova de Onga, Covadonga me recibió y cobijó en su casa llena de color calor y amistad. Ella organizó el taller (llamémosle así) sobre la Diosa Oscura. Y lamento no tener más libros, o mejor, lamento no tener una editorial que reimprima el libro de manera digna.
y bien, en Gijón existe un interés, un afán, una voluntad artística. Y algo interesantees que ofrecieron esas horribles cajas grises llenas de cables de teléfonos a jóvenes grafiter@s para cambiar el paisaje de las calles. Y estas son solo dos muestras.
al mar no lo pude saludar hasta despsués del taller y de la comida, llegué al atardecer, que no era tan tarde...y el color inapresable de sus aguas, la marea alta, el susurro mágico... el Cantábrico es entrañable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario