viernes, marzo 05, 2010

De mi reina, a mi mujer...a la mujer. Mujer.


Esta mujer, que discute a sí misma, al hombre y al mundo para llegar a entender quién es… no acepta su papel, ha decidido existir y no renunciar a sí misma y ha aprendido a decir NO.
Franca Basaglia.

Citlalli H. Xochitiotzin

El día internacional de la mujer se realiza en muchos de los espacios sociales bajo parámetros de aparente inclusión, pero nuestra sociedad mexicana mitifica sus entornos ante la imposibilidad de asumir realidades diversas; momifica celebridades. Esa capacidad de la inteligencia emocional de abrirse a las nuevas posibilidades; vivir la renovación con capacidades constructivas es casi extinta en el conjunto, se sustituye por la inercia y la dureza; dogmatismo rapante anula toda aspiración, el ejercicio de la libertad individual y colectiva.
Comento la gran capacidad de mineralización emocional que contiene nuestro pulsar colectivo social, las excepciones son vuelos de ave anodina, ejemplos: hablemos de los 60s como fenómeno cultural social, el impulso culminó con un ALTO llamado 68 Mexicano, este horizonte es una responsabilidad múltiple colectiva más allá de partidos, intenciones individuales, escuelas o grupos, es un promedio de quehaceres, de actuaciones en la practica. El día internacional de la mujer se multiplica como pasarela de damas las cuales son llevadas a la cumbre de la elección conceptual de un feminismo chocarrero a ultranza; la combinatoria entre reina de la primavera, la mis universo del pueblo, e inutilidad adherente de su anulación mitificada; eres bella pero inútil, artificio y silencio, solo la posibilidad de cuerpo con una vigencia de años.
El día internacional de mujer, es el resultado de luchas realizadas por alcanzar la equidad social económica, así como un alcance de formas de ejercer su libre albedrío individual: su forma de elección: matrimonio o no, garantía de derecho al acceso de salarios equitativos, de representatividad política, representatividad significativa en la vida pública, etc, es un mundo alcanzado por el trabajo de cientos de millones de mujeres en los dos últimos siglos, no por que un alguien lo otorgue como una dádiva. Por consiguiente tiene otro estatus, su movimiento es más allá de si se maquilla de rostro de reina perene, es rebasado y será siempre rebasado en la medida que este país tiene poco más de 50% de su población en las mujeres.
La violencia se ha incrementado desde la pulsión de paradigmas rotos; entiéndase un antes, un pasado que ha sido superado por otra realidad, y la multiplicación de escenarios inéditos que ha ido construyendo esos millones de cientos de mujeres. Comprensión la cual no justifica la violencia, la conoce y la maniata con trabajo; representatividad política, derecho al acceso de salarios equitativos (anulando las nuevas formas de explotación: mujeres a mujeres explotando), derecho al acceso de programas de financiamiento (sin tantos papeleos), derecho a la expresión de la diversidad cultural, acceso a la educación, y a posibilidad libre de su derecho reproductivo, acceso al trabajo, derecho de ejercicio de formas de comprensión del mundo desde la mirada de la planificación de género: guarderías y comedores confiables, de calidad, inclusión en todos los niveles: cultural, social, económico, político; sin discriminación de sexo.
El fortalecimiento de la libertad es un ejercicio puntual de la voluntad humana, siempre ha correspondido a la grandeza de las naciones como pulsión de vida; entiéndase fuerza constructiva y valores que impulsan proyectos de construcción. Por ello la libertad como centro de todo proyecto es una siembra de semillas en tierra fértil (En las religiones basadas en la cultura bíblica se habla del libre albedrío desde el Génesis).
Trabajar abriendo los horizontes de los dos lados de nuestro cerebro a la realidad social política y enriqueciendo la vida de nuestro país. Sólo entonces la mujer no será excluida dentro de los excluidos en un tercer nivel de anulación de sus derechos. Y la violencia no será el mundo soterrado del miedo de un conjunto endurecido que se amaga en el miedo a formas destructivas, y descalificar cómo intento de destruir.
El respeto no es una dádiva, es, simplemente es. El día internacional de la mujer no es un día fetiche es un día alcanzado sin vuelta atrás.

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