Valencia

El Talgo me dejó en la Estación del Nord. Yo debía caminar unas cuantas calles para llegar al barrio Ruzafa y a casa de Maque. La estaciòn por dentro era similar a tantas otras de estilo modernista. Sin embargo, al salir y voltear la cabeza me gustó tanto que me detuve a tomar esta foto, que viene a ser mi primera impresión de esta ciudad en la que pasaría solamente 3 días, y dos de ellos encerrada en el Congreso.
Valencia siempre tuvo ese atractivo de ser el único lugar con un master en arte en espacios públicos, impartido en el Universidad Politécnica, donde se encuentra Bellas Artes. Este master, que viene a ser como un diplomado en México, no una maestría, ha sido tomado por algunas personas que conozco y, oh sorpresa, ahora mismo por Arendine, a quien conocí en Morelia. Es curioso, pero parece ser que el camino que escogí, el de autodidacta, es inalterable. Y está bien.

tuve muy poco tiempo de gozar la ciudad, que me pareció imponente, construcciones masivas de todos los tiempos. Romano, árabes, el Cid mismo y al final los valencianos cristianos gobernaron -y construyeron- la región.
Para este pequeño rol por la ciudad tuve dos guías maravillosas, una, coruñesa que vivió 4 años en la ciudad, y Maque, nativa valenciana. Con ella fui a conocer la Albufera, que en árabe significa Pequeño mar. Pasamos dos veces por la ciudad de las artes y sus estructuras monumentales diseñadas por Santiago Calatrava, nacido en Valencia. Abajo, con forma de casco, el edificio de la Ópera.

una paella, parrillada de verduras y vino tinto a un lado de las huertas de naranja de El palmar junto con Maque. Una parada en el mirador. Unos momentos de gozada junto al agua y sus bichos.

Maque Falgás, nueva participante de eyesverywhere a partir del siguiente sábado.

habré de volver. ya se el camino