Aleah Chapin,
Twoness, 2012. Oil on canvas, |
Los cuerpos. Menudo tema.
La imagen de la madre comienza con la gran bendita panza de embarazo, el tierno abrazo del amamantamiento, las múltiples "pequeñas" tareas del día a día para mantener viv@s
y felices a l@s hij@s a lo largo de la vida.
La vida que se desarrolla en el tiempo
el tiempo que todo lo transforma
aunque no lo parezca o aunque sea de lo más evidente
el tiempo que hace que crezcan los huesos y salga el vello
que los pechos dejen de ser planos como tablas
que los cuerpos se manifiesten plenos, sensuales
el tiempo corre y se repite la historia y las hijas se convierten en madres
y los hijos engendran en las hijas y se convierten en padres
y los cuerpos se siguen transformando
y la piel se vuelve transparente y se pueden leer las historias que las venas cuentan
y la fuerza que se ha invertido en mantener la vida debilita los tejidos
y empiezan a caer, a ablandarse, a agolparse
y las arrugas se muestran por todos lados
y los vellos crecen más fuertes
y las canas
y los cuerpos se ocultan, se niegan, se rechazan
pero los ciclos no se detienen.
y el envejecimiento llega. Llegará. Nadie se escapa.
abrazo mi cuerpo,
ahora.
El de mi madre.
Ahora.
Somos la OTRA de cada una.
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