hoy, a los 88 años, ha muerto Don Héctor.
fotógrafo periodístico, testigo del alucinante crecimiento y desarrollo de la ciudad de México, siempre a pie de calle, con los ojos puestos en la vida cotidiana de la gente, de los sucesos que marcaron la vida de la ciudad y del país desde su Candelaria de los Patos a Bellas Artes y más. Reconocido por su calidad y su maestría, por su generosidad y su humor chispeante y ácido a veces.
A Héctor, como lo llamé siempre, lo conocí en 1990 gracias a Patricia Sloane y Sanda Racotta. Lo invité a participar en el Homenaje a Lennon que me lancé a organizar en el DF y aceptó encantado (todos somos fans). Una de sus fotos se expuso en el Poliforum Siqueiros en aquella legendaria muestra en que logré conjuntar a Vicente Rojo, Marcos Kurticz, Gabriel Macotela, Carla Rippey, Boris Viskin, Gilberto Aceves Navarro y otros 20 artistas más .
A partir de ahí nos hicimos amigos, nos hablábamos por teléfono, colaboraba conmigo en Vientos y Vientos le organizó en 1995 una muestra celebrando sus 50 años de fotógrafo: Héctor García, Odisea de la Luz, en el ExColegio Jesuita patzcuarense.
La cita era a las 8. Estábamos en en el primer piso. La puerta abierta, las luces encendidas, el vino y las copas, todo listo. Y él y yo solos en la entrada. Yo moría de pensar que nadie llegara a la inauguración, él estaba un tanto nervioso también. Ninguno de los dos quería que fuera un fracaso! pero al dar las 8 campanadas la gente comenzó a subir la escalera del viejo edificio, gente y más gente, toda en marcha dirigiéndose a la entrada de las salas. La sonrisa inmensa en su cara! Y mis hombros, ligeros.
Fue a Morelia y, si mal no recuerdo, a Valle de Bravo a presentar Vientos, el libro. Y nos veíamos o hablábamos cuando yo iba por México. Recuerdo muy bien la última vez. Me pidió que lo acompañara a su exposición Iconos, en el Museo de Arte Moderno. Era 1998. Al salir me dijo: tómame una foto, y se fue a posar junto al letrero que anunciaba su muestra en la reja del museo.
Hoy, via Francisco Mata Rosas, otro participante en el homenaje a Lennon por cierto, me entero que se ha ido. Vida plena y rica la suya. Nos deja más de un millón de negativos y una Fundación que lleva su nombre. Una historia visual de la ciudad y un corazón con ojos para ver y sentir nuestro mundo. Gracias Héctor, allá iremos a acompañarte un día, adorado!
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