lunes, mayo 26, 2008

h@mbre

desde enero de este año circula la información apocalíptica de que la situación en Haití está tan crítica que los pobres - que aquí son la mayoría- se han visto obligados a llenar la panza con una mezcla de barro, sal y manteca vegetal barata, en forma de galletas. Me puse a investigar y por lo pronto el diario español El Mundo hace una crónica bastante alarmante. Los Haitianos no pueden pagar el arroz importado. Y ni pensemos en el tapón que significa comer barro crudo, silicato de aluminio mas algunos minerales tal vez no asimilables. Bonita imagen, verdad?
Remember Biafra....?

Hoy en la prensa mexicana sale otra nota alarmante, el que hace una semana tenía un 6% de aprobación y hoy subió dando un salto inverosímil al 75% según la encuesta de Las Heras , ayer anuncia puerta abierta a la importación de alimentos...GULP.... maíz, trigo, sorgo, soya, mira que acomedido, verdad? arriba los trasgénicos y además ajenos!... facilidades para leche y frijol... y todo esto para"para enfrentar el alza de los precios internacionales de los alimentos."(sic resic). Claro, mantendrá el precio de gasolina y dic/él.

y mientras los acuerdos con el campo no se cumplen, se sabe que lo necesario, entre otras cosas que no creo para nada que este malgobierno haga, es renegociar el TLC (o TeLeLe, como le decía el buen Marco Antonio Gil padre), y trabajar con el campo y sus campesinos, no en contra. Pero claro, lo que quieren es despoblar el campo, (faltan remesas, no se dan cuenta?), instalar agroindustrias para vender materia prima y tener más campos de golf y residenciales....iihhhhh!! quienes serán los transganones?

Bien, va la nota enviada por la amiga Gabriela desde Argentina, junto con dos videos

" Si de la ONU quieren dispararnos, que lo hagan porque, a fin de cuentas, si no nos matan con balas moriremos de hambre”. Un manifestante en Port-au-Prince, Haití

(Ian Angus – zcommunications) Mundo - En Haití algunos aplazan los retortijones por hambre comiendo “galletas de barro”, una mezcla de arcilla y agua. En tanto, en Canadá, el gobierno paga 225 dólares por cada cerdo muerto en una campaña de reducción de la producción de puercos. La mayoría serán destruidos o convertidos en comida para mascotas. Ninguno irá a Haití.
Es el mundo brutal de la agricultura capitalista. Un mundo en el que algunos destruyen alimentos porque los precios son demasiado bajos y otros comen tierra porque los precios son demasiado elevados.
La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) dice que entre marzo 2007 y marzo 2008 los precios de cereales aumentaron un 88%, de aceites un 106% y de los productos lácteos un 48%.
En Haití, el 3 de abril manifestantes levantaron barricadas, detuvieron camiones que transportaban arroz y los distribuyeron. Miles marcharon al palacio presidencial gritando “¡Tenemos hambre!”
En Burkina Faso, una huelga general de dos días de sindicatos y comerciantes exigió reducciones “importantes y efectivas” en el precio del arroz y de otros alimentos básicos.
En Bangladesh, 20 mil trabajadores declararon la huelga para exigir precios más bajos y salarios más altos.
El gobierno egipcio envió a miles de soldados al complejo textil Mahalla en el Delta del Nilo, para impedir una huelga general exigiendo salarios más altos, un sindicato independiente, y precios más bajos.
En Abidjan, Costa de Marfil, la policía usó gas lacrimógeno contra mujeres que habían colocado barricadas, quemado neumáticos y bloqueado carreteras importantes. Miles marcharon a la casa del presidente, gritando “¡Tenemos hambre!” y “La vida es demasiado cara, nos estáis matando”.
El siguiente es un video de Vía Campesina

En Pakistán y Tailandia, soldados armados han sido desplegados para impedir que los pobres se apoderen de alimentos de los campos y los almacenes.
Protestas similares ocurrieron en Camerún, Etiopia, Honduras, Indonesia, Madagascar, Mauritania, Níger, Perú, las Filipinas, Senegal, Tailandia, Uzbekistán, y Zambia. Desde los años setenta, la producción de alimentos se ha globalizado y concentrado cada vez más. Un 80% de las exportaciones de trigo provienen de seis exportadores, así como un 85% del arroz. Tres países producen un 70% del maíz exportado. Esto deja a los países más pobres a merced de tendencias económicas y políticas en esos pocos países exportadores.
Ahora es política oficial en EEUU, Canadá y Europa que se conviertan alimentos en combustible. Etanol y biodiésel son fuertemente subvencionados, lo que significa, que cultivos como el maíz sean desviados de la cadena alimentaria. La demanda de agrocombustibles aumenta directamente el precio de esas cosechas, y elevan el precio de otros granos al alentar a los productores a cambiar al agrocombustible.
Además, desde los años setenta los países más ricos, con la ayuda de las agencias internacionales que controlan, han debilitado sistemáticamente la capacidad de los países más pobres de alimentar a sus poblaciones y de protegerse de una crisis como la actual. Haití es un ejemplo poderoso y horrendo: hasta hace veinte años producía 170 mil toneladas de arroz por año, suficiente para cubrir un 95% del consumo interno. En 1995 como condición previa para otorgar un préstamo, el FMI exigió que Haití redujera el arancel para el arroz importado del 35% al 3%. El resultado fue el ingreso masivo de arroz de EEUU que se vendía por la mitad de precio. Miles de agricultores arroceros perdieron sus tierras y medios de existencia. En la actualidad tres cuartos del arroz en Haití proviene de EEUU.
Ha habido numerosas variantes de este tema, en las que países ricos imponen políticas de “liberalización” a países pobres y endeudados del sur y luego aprovechan esa liberalización para capturar el mercado.

como ceramista, puedo decir que esa producción de galletas no tiene una finalidad decorativa ni son platos para macetas, ni para servir galletas.

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