viernes, abril 10, 2009

en f e h m a r n, con klaus y liane

Conocí a Marlene, allá por los ochentas en el valle de briagos, y poco después a su hermano Klaus. Era rubio rubio, guapo, guapo. Duque magistral de Windsurf, que pasaba mitad del año sobre su tabla en el Caribe y la otra ne el mar Báltico...ahora se que en la isla de Fehmarn.
Allá fuimos durante mi último domingo en Hamburgo, con todo y perro. Anunciaban día nublado y con mucho viento, pero la isla nos recibió con un sol brillante y si, viento, pero nunca como para evitar el gozo de caminarla o de estar sentada al sol comiendo un helado del cafecito debajo de su apartamiento, en una casa antigua y de particular arquitectura para esta zona de Alemania.
Estas son unas cuántas imágenes del paseo por Fehmarn:

el famoso faro, al que llegamos caminando, con el viento en contra
la isla tiene varios poblados. Estamos en Orth, homónimo toponímico de otro, localizado junto al Donau, o Danubio...
antigua zona de comercio marinero, se regodean con detalles como este.
en el camino hacia el faro...o desde el faro? me gustó la indumentaria muy british de la chica, a media isla

viento y pastos altos...fauna, canto
Klaus es también músico. Vive desde hace mucho en esta casa y ya varios años con Liane, quien cultiva un mini pero hermoso jardín, con una variedad impresionante de plantas comestibles, medicinales, especias y de ornato, durante todo el año. Desde chiles y cilantro hasta curry. Mucho y constante trabajo, atención, amor para ese pequeño trozo de tierra. Al estar con ellos, después de comer el guiso de pescado que cocinó Klaus con achiote, me dí otra vez cuenta de que es una vida que yo podr´pia vivir fácilmente, que me encantaría tener el tiempo, el espacio, la tranquilidad para ser, crear, construir. Sin todo el estrés de las ciudades, de las exigencias por ser de una determinada forma, de gastar tu tiempo en cosas que en realidad no dan nada mas que insomnio.... como viví en Coatepec, por ejemplo. lugar del que NUNCA debí haberme ido!
Se los dije, a este par de alemana norteña y mexicano-deutsch.
Este par, o mejor, este cuarteto (ya que Bern y Marlene se reencontraron ahí, precisamente, después de años y se flecharon, bumbum), están tan ligados a este lugar paradisiaco, con ese mar tan tranquis y no tan salado que es el Báltico, que forma parte no solo de su historia sino de su escencia...
esta es la casa. El sol estaba a punto de desaparecer y nosotros con él, rumbo a Hamburgo. El piso de arriba es el de ellos (pagan renta!), abajo el café.
y de frente, la marina y el mar.....

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