sábado, abril 09, 2011

las semillas de girasol de Ai Weiwei



Ai Weiwei es uno de los artistas a nivel mundial con un discurso propio culturalmente específico, inserto en el arte contemporáneo con una tradición inmensamente rica como es la china y una capacidad crítica y de efectividad impresionante.
Cuando la revolución cultural maoista destruyó gran parte de la riqueza ancestral de los pueblos chinos se perdiò, una vez más, pero con más alcance y profundidad, una larga etapa civilizatoria. Como cuando la quema de la biblioteca de Alejandría o la destrucción de las ciudades prehispànicas, por ejemplo. Mas la recuperaciòn por los nuevos regímenes de estas tradiciones culturales para hacerlas accesibles al mercado capitalista es uno de los grandes temas de este artista ahora acusado de "crímenes económicos", después de un largo hostigamiento que incluyó la destrucción de su estudio en Pekín.
Muchos son los ejemplos de su arte en este sentido, pero esta instalaciòn, expxuesta en la Tate Modern, con cien millones o no se cuantas semillas de girasol hechas en porcelana y pintadas a mano por artesanas acostumbradas a elaborar jarrones desde tiempos imperiales, es de una belleza suprema, de una sutileza inaudita, de una denuncia política clara.
Dicen que Mao era como el Rey Sol. Ergo sus súbditos eran girasoles. El tapete hecho de semillas de porcelana por el cual podían caminar los extranjeros visitantes a la Tate tiene más de una lectura, pero la política es innegable.
Los chinos -y mira que cómo admiro su cultura- no se caracterizan por su tolerancia a la disidencia. Es una verdadera pena.
Desde aquí me uno a la exigencia por sus libertad. Sé que es inútil.
Vean el video, desde el proceso de extraer el kaolín a la instalaciòn. Me gusta en especial la escena en el taller y pensaba en cuál era la diferencia entre esta producciòn y la de los talleres alfareros con los que trabajó Gormley en distintos países para su Field -otra instalaciòn cerámica majestuosa.

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