viernes, noviembre 17, 2006

Omar Khayyam

¡Oh Alá!
Rompiste
en mis manos
el ánfora,que llena estaba de puro vino.
Me cerraste,

con furioso ademán,
las puertas del placer.
Derramaste

por el suelo
la bebida dorada,
que se me ha vuelto fango
en la boca contrahecha.
¿No estarás

un poco borracho,
Alá?

*
(Persia 1040-1121?)

No hay comentarios.: