saliendo de la clausura con las chicas de Morelia, nos encontramos con un desfile -procesión rumbo a la iglesia de San Diego, en plena Avenida Madero. Jocosa, musical y bailadita. Megustó no ver a n adie arrastrado de rodillas con pencas de nopal en las espaldas. Para qué sufrir si la Madre nos escucha como tal?
Es un día en que se recuerda la mexicanidad, ritos sincréticos a la Diosa Madre.
Monjas fantasmales y espectadoras.
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