
Los jefes de gobierno y ministros que asistieron a la cumbre, quienes entre sesión y sesión disfrutaron de la gastronomía y los vinos italianos, según reportes de prensa, lograron apenas compromisos modestos para hacer frente al encarecimiento de la comida, que, de acuerdo con el Banco Mundial (BM), puede regresar a la pobreza a 100 millones de personas, la décima parte en América Latina.
El diario británico The Times publicó en su página web que el menú para los jefes de Estado en uno de los almuerzos incluyó volován con queso mozzarella, pasta con salsa de calabaza y camarones en crema, rollos de ternera con salsa de tomates cherry y albahaca, así como espinacas al estilo romano, todo rociado con vinos de Orvieto, de la región italiana de Umbría, cosecha 2005.
De Schutter lamentó que la cumbre no haya logrado acuerdos concretos para frenar el efecto que tiene la actuación de las grandes empresas agrícolas en el precio de los alimentos.
Los agricultores tienen que vérselas con un pequeño número de grandes empresas para la compra de semillas, abono y pesticidas. Estas compañías, cuyos productos están patentados, fijan los precios, recalcó el relator de la ONU.Según las ONG Crovevia y Ayuda en Acción, las grandes cadenas de distribución como Wal-Mart y Auchan tratan directamente con los productores y obtienen así ganancias enormes, mientras 80 por ciento del mercado de los cereales está en manos de cinco empresas.
“Es la victoria de las grandes empresas, que controlan casi 80 por ciento del comercio agrícola en el mundo”, aseguró Ziegler a la radio alemana Bayrischer Rundfunk.
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