De muy pocos habitantes, disminuídos en gran parte por la migración, Tupatarillo abarca dos calles, una de éstas la carretera a Tupátaro, la otra, paralela, bajando hacia un vallecito dedicado a las vacas. Hay pocos hombres, hay pocos niños y niñas, las mujeres se dedicaban a tejer carpetas, que ahora tienen muy poco mercado. Existe un tallercito de costura que le maquila a Moroleón, hay varios que se dedican a hacer nieve (buena!) y...qué más?
algo que me llama mucho la atención y que trataré de averiguar su causa, es que la mayoría de las mujeres: niñas, jóvenes y mayores, son blancas, rubias, guapas. Regimiento francés? italiano? irlandés? la verdad no lo sé, vean las fotos de estas niñas, hasta abajo del post.
Y a qué voy a Tupatarillo, dirán! y porqué con Cati, la Catalina novia de Amadís. Pues porque ella lleva meses visitando la comunidad para hacer una investigación sobre el efecto de la migración en los niños y niñas, con miras a hacer su tesis. Por eso, ella conoce a casi todo el pueblo y quedaba perfecto para hacer lo propio para Nómada. Esta es Cati



y es que si, dan ganas de replegarse de la mal llamada civilización y adentrarse al silencio de Tupatarillo, mirar el paisaje de este lago inmenso que es Cuitzeo, a través de la bruma, como hoy, o de la lluvia o el sol
chido el día, el viaje, la compañera, las entrevistas, las fotos que verán en su momento.

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