Gamler Stavanger es el viejo pueblo que se convirtió en la ciudad más rica de Noruega después de Oslo, gracias al petróleo, pero que se inició pescando y enlatando sardinas. El pequeño poblado, de unas tres calles, va paralelo a uno de los dedos de agua que penetra la tierra y que es parte delpeculiar puerto. Cobijaba las casas de los pescadores y enlatadores, y se construyó al rededor de la empresa latera. Son pequeñas casitas de madera, blancas y ahora lindas, que muestran sus interiores sin pudor y con mucha coquetería. Es aquí donde quise pasear en mi último día en Noruega.
barcos de gran calado se detienen en esta parte del fjord y comparten una realidad que abarca pasado y furturo, movilidad, historia y desarrollo. Los noruegos han mantenido en general el tipo de construcción tradicional incluso en los edificios modernos (excepto los centros comerciales, mira tú). Abajo vemos un restaurante México, en blanco y azul oscuro, que debe ser una gozada en verano.
en esta parte dele muelle me encuentro con la tercera escultura de la obra de Antony Gormly Broken Column, 23 figuras de hierro que están diseminadas por la ciudad. (La 1, la 8 y la 12 se cruzaron en mi camino).
un día de niebla y brisa, de sentirme más cercana, de empacar y dejar todo en orden, dejando las huellas estrictamente necesarias que como artista me corresponde dejar.
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