En estas tierras del norte se entiende perfectamente y de manera vívida la mitología que simboliza la llegada de la primavera como un verdadero renacer. Digamos y para no ir más lejos, la historia de Perséfone raptada por Hades, que la lleva al meritito y osucro infierno. Su madre Deméter se enoja tanto que decreta el invierno: nada de plantas, calor, vida sobre la tierra hasta que su hija vuelva a su superficie. Cuando lo hace, trae consigo toda la fuerza de la vida y la tierra se llena de verdor, color, de luz y de calor.... la primavera
y es maravilloso como los árboles desnudos se comienzan a llenar de brotes verdes. Nuevas piñas en este pino noruego, campanillas blancas que aún conservan el color de la nieve
y los conejos, con su capacidad de reproducción, son también símbolos de la abundancia natural que, casi literalmente, explota y cubre la tierra de vida. Es por eso que los usan, junto con los huevos, para perpetuar aunque sea ya inconcientemente, los rituales paganos de agradecimiento
1 comentario:
Qué hermoso, querida Elizabeth. Hace tiempo que no me pasaba por aquí, muchas sorpresas. Mucha suerte en tu nomadismo.
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