hoy recorrí una vez más el Paseo Marítimo. Me encanta hacerlo porque el mar siempre habla distinto. Hoy, con un cielo azulísimo y un viento frío intenso, me lo encontré con marea baja, sin olas y transparente. Su color turquesa lechoso de todos los días se convirtió en acqua y estas fotos no le hacen justicia al tono preciso.Su transparencia y calma era tal que podía fácilmente percibir su fondo, sus rocas, sus distintas profundidades -en un mar que suele ser bravo, inquietísimo, y secretivo. Hoy tenía prisa y no pude acercarme, así que ls tomas son desde el suelo firme del Paseo.
y no obstante el frío, sigue siendo lugar para meditar, para recorrer su playa, para el contacto intimísimo con el fluído materno que es.
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