Una llamada puede cambiar la vida. En medio del fragor del des-mayo, mi amigo Eric me invitó al sur de Francia para explorar posibilidades de trabajar juntos. A tal proposición con viaje pagado incluído no se le dice que no, además de que ya amenazaba con crecer el moho en mi alma roladora. Así que trabajé triples jornadas para dejar todo listo y partir hacia el sur.
Hice escala unas pocas horas en Barcelona.
Respirar un aire suave y conocido me hizo sentir en casa, Barcelona es una casa para mi. La conozco bien y me gusta mucho. Su ambiente multicultural y cosmopolita, abierto y rico. Su sol y el Mediterráneo tranquilo...corrí a la Barceloneta a tirarme a su lado, a descargar toda la energía empozada que traía.
Hice escala unas pocas horas en Barcelona.
Respirar un aire suave y conocido me hizo sentir en casa, Barcelona es una casa para mi. La conozco bien y me gusta mucho. Su ambiente multicultural y cosmopolita, abierto y rico. Su sol y el Mediterráneo tranquilo...corrí a la Barceloneta a tirarme a su lado, a descargar toda la energía empozada que traía.
Dos horas después, más ligera y muy contenta, comí en un agradable y pequeño restaurant uruguayo y me encaminé a Sants para tomar el tren que me llevaría del otro lado de los Pirineos. (Recuerdo que el año pasado perdí la oportunidad de un taller y acción en Marsella... pero ya habrá otras muchas).
Comienza la temporada fuerte de turismo en Barna. Es impresionante la movilidad por la Rambla y el Barrio Gótico. Van y vienen y se quedan y vuelven, desaparecen y a otra cosa.
Comienza la temporada fuerte de turismo en Barna. Es impresionante la movilidad por la Rambla y el Barrio Gótico. Van y vienen y se quedan y vuelven, desaparecen y a otra cosa.
Llega el Talgo que me llevará hasta Montpellier. El tren va casi vacío, pero en mi vagón va un grupo de estudiantes de México, un chico y dos chicas con sus eurorail pass, una pareja de chilenos y unos gringous de calafornia..., además de una madrileña y un francés.
No quiero pensar. No quiero elucubrar en las posibilidades que se abran en este viaje. Me dejo llevar por el movimiento y el paisaje, por las voces, por el ensueño..
No quiero pensar. No quiero elucubrar en las posibilidades que se abran en este viaje. Me dejo llevar por el movimiento y el paisaje, por las voces, por el ensueño..
Desde que me volví a encontrar con Eric (gracias a san feisbuk) lo he visto solo dos veces. Ahora me espera en la estación de Montpellier por más tiempo del debido, ya que el tren llegó casi una hora tarde. Cuando nos encontramos es como si el tiempo solo hubiera acortado los lazos, haciéndolos más fuertes y cálidos.
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