el camino desde cucuchucho

Hoy no fui a Cucuchucho. Hubo fiesta el fin de semana en que se celebró el Corpus...y sigue. Me llamaron a medio día para decirme, señito, mejor no venga, que todas están todavía enfiestadas...es martes! ya e contarán y, obio, me la perdí. De hecho estaba invitada al Corpus de Ocumichu ayer, pero por razones de trabajo tuve que renunciar a ir, cosa que me da pena.
Sin embargo, quiero participarles a ustedes de algo de lo que veo cada martes y jueves, mi camino de regreso a Páztcuaro.

algo que me fascina del campo michoacano son las cercas de piedra seca, muy semejantes a las galesas e irlandesas, levantadas a puro ojo y saberes, bastante resistentes y muy bellas. Aquí con varias raíces de árbol (eucalipto y fresno) arrancadas de la tierra.
una vaquería- Las vacas se juntan alrededor de unos coloridos comederos hechos de mitades de tambos de metal.

caminito

la parada de Ihuatzioy una puyerta subsumida...

la doñita que venía conmigo en la combi, la camioneta inservible, por ahora
una recua, de esas que cada vez se nem menos. Los burros y mulas son animales en peligro de extinción en este país.

cercas y cercas de piedra. Cuánta mano de obra
cuando aparece esta cabanita abandonada es que vamos a entroncar con la carretera que va a Tzintzuntzan a la izquierda y a Tzurumútaro, a la derecha hacia donde vamos nosotr@s.los sauces de Tzurumútaro

el sol se va poniendo. En este solar guardan juegos de feria.

PIenso ahora que en verdad he gozado Michoacán los últimos años. El de la gente, el sin más problemas que los comunes del campo mexicano. Me encanta su gente, me encanta su lengua. Y eso si lo voy a extrañar.