domingo, diciembre 27, 2009

nochebuena en los rosales

Javier y Alejandra están aquí. No es extraño, Javier es de A Coruña y esta vez invitó a su novia a pasar las vacaciones de navidad a su tierra.
Javier es biólogo e historiador, catedrático de la Universidad Michoacana, comprometido con la diversidad cultural, con las luchas indígenas, con el paisaje -los paisajes. Es entusiasta y acelerado, propositivo, inquisitivo y...se toma su tiempo. Javier me invitó a cenar con ellos y su familia. Nos vimos en un café de la calle Barcelona y caminamos hasta la urbanización de Los Rosales, construída al rededor de un óvalo ajardinado que en el mapa parece una pista de tartán, campos olímpicos o qué se yo. Edificios modernos y con todas las comodidades (léase calefacción!).
Conocí al abuelo andalú (de Jerée), quien fue marinero y contaba historias de cómo sufrió hambre en la guerra (porque los que se fueron se llevaron las divisas), de sus argucias para sobrevivir en el barco, de las ratas y las cucarachas con las que tenían que convivir. En la foto, claro, Javier, quien no paraba de hacer le preguntas, y su abuelo
También conviví con sus padres, Gloria y Paco, y su hermana Pati y su marido Mikel, vasco y chef. Buenos vinos, por supuesto (uno blanco favorito, se dice, de un tal Woody Allen), un rojo buenísimo (que pa los nombres no sirvo) y comida de mar...claro! almejas en salsa, (an)gulas y setas (para el equilibrio natural) al ajo ñamñam y merlusa (no dejé de acordarme de mi agüita amarilla...lo siento...) y al final toda clase de turrones, mazapanes, higos secos, nueces de castilla
y bien, cuál es la particularidad de la celebración navideña en Galicia, o en esta parte de Galicia?
esen definitiva una fiesta familiar, en Nochebuena se cena con menú abierto, y al otro día, el que nosotros pasamos en casa, en pijama y sin salir picando lo que quedó de la cena, que suele ser bastante, leyendo, viendo pelis, durmiendo, en fin haciendo cosas que no cuestan ningún esfuerzo, las familias se reacomodan y se vuelven a reunir al rededor de la mesa. Esta vez no estaba el abuelo sino en su lugar la abuela, la tía, el tío, el sobrino, y en la mesa un caldo gallego. Pero yo llegué solo al café, que fue infusión de menta-poleo.
recuerdo que hace unos años en este blog ( diciembre del 2006, para ser exacta), hice una especie de encuesta sobre cómo se celebraba la navidad en distintos lugares y por distintas personas, como en Austria y Wales... me encanta descubrir las diferencias, leves o inmensas, que enriquecen la vida. No importa tanto la razón o sin razón de lo que se celebra, lo importante es el rito que se contruye a su alrededor y cobija las necesidades, deseos, ilusiones.
para finalizar, un chupito de orujo de hierbas, faltaba más!

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