
Primero el antiguo pueblo ballenero de Caión, edificado en una pequeña península, con un equeño puerto que hace doscientos años traficaba con ballenas.






y en las marismas, encontramos varias personas con las piernas en el agua, una arma (así el llaman) en forma de hoz agarrada al largo palo, buscando entre la arena de las orillas unos peces llamados peones
se necesita mucha paciencia y presteza, porque al rascar la arena con la hoz se desentierran estos extraños peces-lombriz y se detienen con la punta del pie para sacarlos con la mano. Este hombre llevaba apenas docena y media cuando llegamos, y fue el último en irse

estos peones eran la pesca de Áurea, una mariscadora que, junto con Lucía, estuvo charlando con nosotras por un buen rato. Los problemas de la gente del campo, del mar, son similares en todo el mucno. Los predadores mayores se encargan de mantenerles jodidos. Abajo, Lucía, que recordó a María cuando trabajó con mariscadoras hace unos años en un proyecto de fotografía.



viento, rocas, arena, mariscos bivalvos, magueyes!

visitamos la playa Razo, porque además de verla, María quería minchas, unos caracolines comestibles que le gustan (prestan) mucho, y la playa de Baldaio y sus marismas.
El paisaje marino me encanta. No solo la inmensidad y poderío del mar sino la vida que se nos permite atisbar al ir y venir las olas. Las rocas cargadas de ebullición vital. Seres tan extraños en un mundo extraño, ajeno, al que solo se nos permite acercar como predadores.

fascinante las formas en que la vida se deefiende a sí misma. Imaginar al ser que vive bajo la concha de la lapa, abrazado a la roca...

la conjunción mejillones-algas, que aquí parece un plato de ensalada de chef

esta colonia de caracoles en una pequeña grieta
o, en el mundo mineral, esta roca en una pequeña cueva donde escurre agua de manantial

la abundancia es real



los peones parecen charales, se comen igual, enharinados y fritos


la boca del río

1 comentario:
so beautiful!!
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