miércoles, marzo 18, 2009

uvieu

Uvieu, Oviedo, entrada a Asturias, la tierrina de mi abuelo, de mi padre, de mi hermana que desde ya es española, tierrina mía por igual. Oviedo es su gente, la que me recibió y me la abrió al corazón y me llenó. Gracias a Taoshi por el contacto con Conchi, a la derecha, y Matilde, quien me alojó y me caminó sus parques, me dió las llaves para comprender esta ciudad.
Dice Juan Cienfuegos que Asturias es triste, es gris, es niebla. Tal vez, a veces. Pero para mi ha sido sol y nieve, luminosa y alegre, pero sobre todo, entrar en una capa profunda de mi ser que desconocía pero que era presentimiento.

Al volar desde Barcelona quedé impactada por la serranía cubierta de nieve de Asturias, la Cordillera Cantábrica con, como dicen allá, una pasada. Maravilla de maravillas. Y abraza Oviedo. Esta vista es desde uno de sus parques, el de Purificación Tomás, con el que Matilde me presentó a la ciudad.

un paseo por las calles céntricas llevan inevitablemente a la catedral

y la plaza del Fontán con su arquitectura característica
el ayuntamiento con su juego de luces
y por supuesto la tienda de productos asturianos, como los jamones, los quesos, las fabas (alubias inimaginables) y...la sidra, claro!aquí Conchi escanciando, en casa de Matilde. mmmmhhhhhh, buenísima la sidra!, todo un ritual

las tres después de la cena
Oviedo, lugar señorial de príncipes y princesas, del premio Principe de Asturias, de carbayones (robles), fabada, sidra y buenas amigas

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