en esta larga cañada entre montes de la Cordillera Cantábrica, salimos a celebrar el día de muertos. Matilde, Pilar y Marisol me llevaron de excursión y yo lo consideré como otro rito de reconocimiento y de honra a mi sangre asturiana.
una excursión al otoño de lo que ellas mismas llamaron la Asturias profunda. Y yo encantada por mi queridísimo Guillermo Bonfil, al pensar hasta dónde ha llegado su concepto de profundidad cultural
Pilar, la de enmedio, llevó un delicioso y variado almuerzo: empanada, quesos de cabra (nada que ver con los que conocemos tipo francés), un embutido de venado, ensalada, paté de cangrejo, una salsa de almendras y aceite y una sangría hecha con sidra....
después enfilamos hacia arriba, al puerto de san isidro, lugar de esquí, ya con algo de nieve, y frontera con la provincia de León. Puedo decir que crucé Asturias, mi tierrina, a todo lo ancho y, dos días después, a todo lo largo.
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