jueves, abril 01, 2010

p o r c e l a n a

Quien me conoce (alguien lo hace?), sabe que en Banff me enamoré de la porcelana. Y aunque trabajé con porcelana papel, el tacto y sus cualidades específicas son algo que apasiona. Digo, si la cerámica, meter las manos al barro, es algo que te atrapa, hacerlo con porcelana puede enloquecer de placer. Y no es nada sencillo hacerlo, además. Como toda buena doncella que se precie de sus atractivos, es dura de conquistar.
Poco plástica, con memoria (de lo cual me acabo de enterar pero todavía no lo veo por mi misma), con secado rápido, hay que saber tratarla. Eso intento ahora.

El taller de cerámica de Lucía Docampo me abrió las puertas, después de haberlas tocado hace 4 meses. Lucía me ofrece un intercambio: le ayudo con unos pedidos que tiene y me permite trabajar ahí. Justo. Y justo también que en lugar de utilizar la porcelana nueva, en paquete y ya amasada (como todos los barros que se venden por acá), me toque reciclar. Es más mi estilo... tercermundista! Ja!
Decidí entonces hacer un seguimiento gráfico del proceso.

las piedras blancas de los desechos de piezas que ya no fueron se rompen con el mortero.
en una cubeta se pone la porcelana en trozos pequeños y un 18% de agua (+-). Se deja humedecer.
(Sigo las indicaciones de Lucía, aclaro)
Tres días después descubrimos que fue demasiada agua, la mezcla está muy húmeda. Hay de dos sopas, o se mezcla con suficiente polvo para equilibrar, o se manda a planchas de yeso para que éste absorba la humedad que sobra, con el riesgo de que pierda elasticidad. Gulp. Aún así, opto por esto último, ya que lo otro si que es una chinga.
la maravilla es que en una hora el yeso ha hecho su trabajo y me permite amasarlo, dejando una consistencia perfecta.
Tengo un encargo. Una barca para Inma. Será la pieza de porcelana más grande que se haga en este taller. Sin embargo, para conocer la pasta, comienzo a hacer otras piezas más pequeñas.
Sigo obsesionada con las percebes, su forma me atrae. Así que comienzo a jugar con ello.
Percebes ya comidas, especifico.

las dejo secar, son pruebas. Al otro día vuelvo y están en el punto justo para bruñirlas. Adoro el bruñido, y aunque se pierde gran parte de su efecto en alta temperatura, algo queda, y la textura es suave al tacto.
para eso traje mi piedra bruñidora. También utilicé una faba para llegar a los lugares más difíciles para la piedra.
y atrás a la izquierda, el sello de eye ácatl que corresponde a esta época MMX.

4 comentarios:

Pilar SanchezCubillas dijo...

Me da gusto verte con las manos en la maza, espero que te sientas feliz, y encuentres el camino para una buena ubicacion en tu nueva Patria. Me refiero economica y emocionalmente. Te saludo, Pilar

elizabeth ross dijo...

Pilar!
pues debiera también tenerlas en la maza y darle mazasos a lo duro de la vida para que se ablande un poco! (o a lo mejor solo necesita tenderizer...)

pues eso mismo espero yo, en la parte económica, que la emocional va.
saludos también!

Amilamia dijo...

Qué bonitos los percebes, me encantan!. Ya estoy deseosa de ver mi barca, seguro que preciosa también. Me alegra de qeu por fin hayas podido encontrar la manera de trabajar en ello. Ándale pués!
Bicos

elizabeth ross dijo...

Pues deberás tener paciencia, Amilamia, que las percebes son las pruebas de a ver cómo reacciona la porcelana. Y tu barca va a ser barca-percebe...claro.
besos