Las cosas se rompen, se fracturan, se desbaratan. Es algo que pasa constantemente, A veces son solo pequeñas y pasan desapercibidas, Otras traen golpes que, Ay dios!
pero siempre que algo se rompe, grande o pequeño, surge de ahí, de esos pedazos regados, algo nuevo. La vida es una constante transformaciòn y los cambios se dan uno tras otro. El Tao, el Samsara, la eterna rueda que nos lleva hasta la muerte que es la otra vida.
Lo importante, claro está, es dónde se pone el énfasis. Qué es lo que se percibe, o se escoje percibir, para de ahí reaccionar.
Mirar a lo lejos y después mirar lo más diminuto y cercano. Mirar hacia arriba y también el suelo que pisamos y lo que hay a sus lados. Aprehender lo que hay, lo que es junto a nosotr@s y escoger dónde descansar la mirada más segundos, para apoderarse de esa esencia, de esa riqueza, de ese dolor o alegría o maravilla o terror. Como hoy en el bosque de Largnac. La arena cubierta de verde musgo, las piñas comidas por las ardillas, las cacas de zorro, la tierra removida por el jabalí. los líquenes en los robles viejos....
Siempre hay opciones. A veces escogemos la mejor.
y cómo sabes que es la mejor?
cómo si no experimentaste los otros resultados?
lo que es cierto es que, escojas lo que escojas
será lo único verdadero.
tus sentidos, tu corazón, tu cerebro así te lo van a confirmar.
Es eso y no otra cosa... aunque pudiera ser.
pero....
y si cambio de parecer? si cambio la mirada hacia el otro lado? si vuelvo sobre mis pasos o evado ese camino?
things fall apart
and get toghether again
la vida no es un río tranquilo, no.
después de Ginebra un alto en Lyon. Visitar a Evelio Pampillo, quien fuera director de los Niños Cantores de Morelia y para quien hice una de las dos únicas escenografías hechas hasta ahora (la otra fue a Jorge reyes). Y ambas fueron brujas.
Él y Sylvain me llevaron a conocer parte de la ciudad, impresionante, rica, con personalidad.
y una rica cena, hospitalidad, cariño
par de guapos..
