Un estudio genético para determinar el origen del hombre y la colonización de la Tierra sigue el camino del hombre desde África a todo el mundo de manera muy detallada, como no se había logrado anteriormente.
Jun Li y colegas de la Escuela Universitaria de Medicina de Stanford, en California, presentaron su investigación en la revista estadunidense Science (volumen 319, página 1,100) un día después de la publicación en la revista británica Nature de otros dos estudios genéticos, que confirman que el hombre pobló el mundo desde África.
El hombre partió de África hacia Medio Oriente y luego conquistó Europa, dice el grupo de Jun Li, con base en el análisis comparativo del genoma de 938 personas no emparentadas de 51 grupos que viven en todo el mundo.
Aún en la actualidad se pueden detectar sutiles variantes en el genoma de, por ejemplo, los vascos y franceses. También se diferencian los hombres de la Toscana de los del resto de Italia.
El estudio confirma una vez más que el mundo se fue poblando gradualmente desde el sur de África, lo que se conoce como hipótesis Out of Africa.
Nuevas ramasLa secuencia completa fue: sur de África, norte de África, Medio Oriente, Europa, centro y sur de Asia, Oceanía, América. Tras conquistar una región, un pequeño grupo de hombres partía en busca de nuevos horizontes, indicaron los expertos.
Jun Li y colegas incorporaron los datos de los 51 grupos en un nuevo árbol genealógico, que en la región europea se divide en ocho ramas: personas de Toscana, Cerdeña, Italia, País Vasco, franceses, escoceses de las islas Orkneyi, rusos y los pobladores de la región rusa de Adygei.
Sin embargo, indicaron que seguramente debe de haber en Europa muchos más grupos. Además, con los métodos disponibles en la actualidad no se pueden detectar grandes variantes entre muchos grupos de población europeos y sus antecesores.
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La investigación también muestra que los habitantes de los pueblos San del sur de África están en la raíz del árbol genealógico. Posiblemente se podrían diferenciar aquí otros grupos, pero los investigadores dirigidos por Jun Li sólo tenían a disposición datos sobre representantes de 51 grupos en todo el mundo.
Para su estudio, los expertos aprovecharon pequeñas diferencias en el genoma, cuya secuencia de unos 3 mil 200 millones de pares de bases es similar en todos los hombres. Sin embargo, en algunos casos aparecen errores: entonces hay un cambio de un par de bases por otro.
Esta mutación, conocida como polimorfismo nucleótido simple (SNP, por sus siglas en inglés), en general no tiene consecuencias en el fenotipo, pero se transmite a la descendencia. A lo largo de mucho tiempo, en determinadas regiones aparece un distribución característica de estos SNP en el genoma.
Si un grupo emigra a otro continente, se lleva esta característica y la transmite a la escendencia.
Por lo tanto, su análisis revela muchos datos sobre el origen y los antecesores de un hombre. Los asiáticos tienen una distribución diferente de los SNP que los europeos o africanos.